6 may 2008

De Genios a Mediocres

Sí, de genios a mediocres. Así se podría calificar la situación del Barça ahora mismo. Veamos por qué...

Baloncesto; destrucción, altas expectativas y fracasos

Cuando llegó Laporta, arriesgó por un técnico que había llevado con éxito a la selección holandesa (semifinales de la Euro'00, eliminados por Italia en penaltis tras un encuentro que merecieron sobradamente ganar), y cuya única mancha negra en el currículum era tener malos resultados con un equipo malo como el Sparta de Rotterdam de la temporada 01/02. Acertó; Rijkaard empezó titubeante y terminó segundo de Liga y con la sensación de que, si la Liga hubiese durado más, se la habría arrebatado al Valencia de Benítez.

Al mismo tiempo, sin embargo, Laporta condenó la sección de baloncesto implicando a Valero Rivera, enemigo declarado de Svetislav Pesic, en la dirección deportiva del club. ¿Resultado? Valero se fue, Pesic se fue, el baloncesto entró en una espiral descendente tremenda. Se apostó por un proyecto en teoría ganador, con Dusko Ivanovic (laureado técnico del TAU Cerámica) como entrenador y con Zoran Savic (mítico ex del Barça y creador de un gran equipo en el Climamio de Bolonia) como director técnico.

El proyecto parece ir por el buen camino a mitad de la segunda temporada, cuando se gana la Copa del Rey y se empieza a ver un equipo con un juego sólido y resultados; pero de repente, la racha se trunca, los fichajes millonarios pagados y asalariados a precio de oro empiezan a no funcionar y el divorcio Savic-Ivanovic se hace día a día más evidente. A mitad de la temporada siguiente, tras perder sonrojantemente la opción de vencer la Copa del Rey frente al Iurbentia Bilbao, Ivanovic dice "no poder hacer más con el equipo que tiene" y, obviamente, es cesado de inmediato. Xavier Pascual, su segundo, se hace cargo del equipo de forma totalmente temporal y sin otro objetivo que intentar clasificarse para la Euroliga de cara a plantear un proyecto serio la temporada siguiente.

La sección de baloncesto pasa de estar dirigida por un entrenador campeón de Europa, a tener un proyecto totalmente desmoronado en manos de un técnico de emergencia. Es decir, pasa de la gloria y los genios, a la mediocridad más absoluta.

Fútbol; riesgo, gloria y desmorone

Después de la mencionada primera temporada de Rijkaard, todo es optimismo; se hacen fichajes de renombre y de nivel, como los de Eto'o, Edmílson, Giuly, Larsson y Deco, que prometen elevar el nivel de la plantilla y compensar las bajas de jugadores como Luis García (Liverpool), Cocu (fin de contrato, PSV), Davids (Inter) y el gran Luis Enrique (retirado). El equipo efectivamente colma las expectativas y, aunque apeado de la Copa y de la Champions, se hace con el título liguero jugando realmente bien al fútbol.













El año siguiente es posiblemente el más glorioso de la sección; los premios individuales caen uno tras otros sobre una escuadra impresionante, reforzada a coste cero, que anda directamente y sin obstáculos posibles hacia la consecución de una segunda Liga y, sobretodo, de la tan ansiada segunda Champions League del club.

Pero entonces... entonces empiezan los problemas. Van Bommel es traspasado al Bayern, Larsson vuelve a Suecia, Ten Cate se marcha al Ajax, vuelve Saviola del Sevilla, un Sevilla que apabullará al equipo en la Supercopa de Europa.

Sin embargo, el gran fútbol exhibido en la Supercopa frente al Espanyol hace pensar en positivo; el equipo es buenísimo, la plantilla tiene calidad y profundidad, el técnico es el mismo.

Desde entonces, desde ese verano de 2006, el Barcelona de fútbol no ha ganado ni un sólo título, y ha pasado de un fútbol brillante a una retención constante del balón que aburre a las ovejas. Frank Rijkaard, infiel a sus propios conceptos, condenó el equipo el año pasado, y la desidia y nuevos errores, aparte de las lesiones, lo han condenado en éste.

De ser los mejores del mundo, dirigidos por un técnico de primer nivel, pasamos a ser un equipo sin fuerza dirigido por un entrenador irreconocible. Pasamos, en resumen, de los genios a los mediocres de nuevo.

El futuro: mucho, muchísimo miedo

Esta noche mismo, TV3 ha anunciado que Pep Guardiola, brillante leyenda del barcelonismo como jugador y técnico sin experiencia alguna, podría ser el nuevo entrenador del equipo para la próxima temporada. Del básket, obviamente, no sabemos nada de nada, puesto que no hay nada que saber: Josep Cubells, el directivo elegido por el presidente para encargarse de la sección, demostró de nuevo su flamante ineptitud cuando el técnico del CSKA de Moscú, tras ganar la Euroliga, anunció su renovación con el club ruso. No hay, pues, nada que saber, puesto que no hay nada hecho ni decidido.

La mediocridad ahora ya es espantosa. De técnicos como José Mourinho, campeón de la Champions, cuatro veces campeón de Liga en Portugal e Inglaterra, y Ettore Messina, varias veces campeón de la Euroliga y de Ligas en Italia y Rusia, pasamos a Pep Guardiola, un total desconocido en el mundo de los entrenadores, y a otro desconocido, el técnico que se hará cargo del baloncesto (principalmente, porque nadie sabe quién es, ni siquiera la directiva, al parecer).

Es decir... de tener a los mejores, pasamos a tener a Don Nadies. De que Guardiola pudiera tener de maestro a uno de los entrenadores más exitosos de la década pasamos a que tenga que hacerse cargo del equipo sin haber entrenado antes.

No es raro que ponga ese lacito al final de la entrada.

No es para menos.