15 ene 2011

Paréntesis bético

Entre Benítez y Leonardo, quería hacer un pequeño paréntesis para hablar del partido que disputaron el Real Betis Balompié y el Fútbol Club Barcelona en el Camp Nou el día 12 de enero del 2011, correspondiente a la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey.

Aviso que voy a usar un recurso poco fiable como son las capturas de pantalla (porque me es imposible recortar fragmentos de vídeo, editarlos, subirlos y seguir siendo una persona normal - y más dentro de mi situación, ya bastante anormal de por sí). Espero que los puristas no se enojen, pero sólo son para ilustrar lo que puede, y desde mi punto de vista debería, hacer cualquier equipo de fútbol con pretensión de ser grande.

Y este Betis de José Mel, que si no sufre alguna desgracia en forma de plaga de lesiones muy probablemente será campeón de la Liga Adelante (Segunda Divisón pa los colegas), a mí personalmente me pareció un equipo realmente grande. Al lío:

Cuatro pinceladas de una gran escuadra

El Real Betis que dirige Pepe Mel es un equipo de balón. Les gusta disponer del mismo y atacar. Es por eso que, cuando pierde el balón, el Betis va a buscarlo, sube a forzar el error del rival: en caso de ser superada su presión, temporiza y repliega en dos líneas de cuatro. Pero defender en campo propio no se les da tan bien, y a veces sufren a la hora de cerrar pasillos interiores (generalmente, el 4-4-2 suele presentar problemas en el espacio entre doble pivote y centrales, y si delante hay futbolistas como Messi o Iniesta, pues...).

Veamos algunas capturas, pertenecientes todas a los primeros minutos del partido, que ilustran situaciones que a su vez nos demuestran cuánto tiene de continuum el fútbol de hoy en día. Primero, un Betis justo después de perder el balón en campo contrario; una fase ofensiva en la que muchos futbolistas llegan al campo del rival, con una pérdida de bastante calidad, permite acumular efectivos para realizar algo de lo que ya habíamos hablado aquí: la presión.












Hasta ocho futbolistas béticos vemos en campo contrario. Ello tiene, lógicamente, ventajas y desventajas; entre las primeras se cuenta la gran facilidad a la hora de organizar una presión para recuperar, como veremos en la siguiente imagen:














 Esta captura es especialmente ilustrativa del dibujo táctico defensivo del Betis en campo contrario: una suerte de 1-4-4-2 en rombo, con Molina y Castro en punta, Israel y Salva Sevilla en las bandas, Beñat en el vértice inferior e Iriney en el superior, cerca siempre de Busquets. Los dos puntas presionan a la pareja de centrales, los jugadores de banda amenazan con cerrar líneas de pase a los laterales, y uno de los integrantes del doble pivote, en una de las más interesantes disposiciones tácticas de Mel, se encarga de que Sergio no pueda dar continuidad a la jugada iniciada desde Piqué y Puyol. El desgaste de Iriney a lo largo del encuentro fue considerable, pero su labor se vio recompensada: Busquets en ningún momento se sintió cómodo ni fue capaz de conectar con fluidez con Xavi-Iniesta. Por último, al no jugar Valdés, mejor con los pies que Pinto, el equipo bético decidió (acertadamente) no realizar una excesiva presión sobre el portero: no fue necesario.

No obstante, como comentábamos, una presión adelantada como la bética también tiene desventajas; sobretodo, los obvios problemas que se producen cuando el contrario logra romper las primeras líneas y encarar a los zagueros. Tenemos un ejemplo de ello en la captura que viene a continuación:












En este caso concreto, y ya superados los dos puntas, una pared entre Xavi e Iniesta ha dejado atrás la segunda línea de presión del equipo sevillano: el manchego ha quedado libre para levantar la cabeza y ganar metros. La jugada termina con un pase a Villa, a quien vemos tirando el desmarque en la parte superior derecha de la imagen.

Sin embargo, la posición adelantada del equipo bético, aunque arriesgada, disponía de un recurso de emergencia en caso de pase interior: la salida del portero-líbero, con Casto emulando el rol de José Francisco Molina en el Atlético de Madrid (como nos recordaba otro ilustre atlético, Kiko Narváez, en la retransmisión de laSexta). Veámoslo en la siguiente toma:











Aquí, Xavi (fuera de plano) pudo recibir solo con la zaga muy adelantada: Messi corrió hacia el espacio, superando a los dos centrales, pero el cancerbero bético, extremadamente atento, llegó a cerrar a tiempo y logró despejar.

En la mayoría de casos, no obstante, arriesgarse a presionar permitía a los jugadores de Mel bien recuperar en campo contrario, bien temporizar para reorganizarse a tiempo más atrás. En la captura siguiente vemos un ejemplo de la disposición en campo propio del Betis durante la fase defensiva:












Una vez el rival superada la transición defensiva presionante inicial, el Betis se replegaba en dos líneas de cuatro mucho más tradicionales: mientras tanto, uno de los puntas, normalmente Rubén Castro, se descolgaba para ofrecerse como salida (y para cerrar a Busquets) y el otro, Molina, solía mantenerse alejado para actuar de referencia en caso de pase largo, y a la vez, atar en corto a los centrales blaugranas. Como apreciamos en la imagen, Iriney y Beñat se colocaban en línea de nuevo, cerca principalmente de Xavi e Iniesta, y un punta se acercaba siguiendo a Busquets.

Cabe destacar que, en ocasiones, y debido a los problemas de Sergio para iniciar, Xavi decidía aparecer en la base de la jugada para recibir. En este caso, Beñat solía perseguirle para impedir una salida limpia de la pelota. También lo hacía si era Iniesta quien se descolgara, aunque ello era mucho menos frecuente.

Debemos cerrar la entrada por falta de espacio, pero la riqueza táctica de este partido en concreto, y del Real Betis en general, les haría merecedores de un análisis mucho más profundo (y realizado por alguien bastante más cualificado, por cierto). Aún con pocos medios, no obstante, me ha parecido interesante hablar de un conjunto como el bético, que rompe los tópicos del "visitante acongojado" o del "equipo pequeño" en el Camp Nou y sale a cara descubierta, a por el rival, a ganar.


Imagen Pepe Mel: Imageshack

PS: Aprovecho la entrada sobre el Betis para recomendar El Fútbol sin Divisiones, el blog de un bético confeso, especialmente recomendable por la recopilación que ha hecho el autor de varios libros en relación a los nuevos métodos de entrenamiento. Muy interesante, la verdad. 

Extra: Adjunto a posteriori el vídeo que ha colgado Matías Manna en Paradigma Guardiola para ilustrar un poco mejor esta entrada. Las imágenes son del partido de vuelta: poco importa, porque si algo demuestra el Betis, es que ser fiel a un Modelo de Juego propio tiene recompensa.


7 ene 2011

Leonardo, Twitter y Mafalda (I)

Primera actividad del blog en este 2011 (¡Feliz Año, estimado lector!), y aprovecho para hablar sobre algunos temas que quedaron en el tintero el pasado 2010; el primero de ellos, la marcha de Rafa Benítez y la polémica (cómo no) llegada de Leonardo Araújo al banquillo del Inter de Milán. Pero la cosa no se acaba aquí, y es que he cometido la imperdonable atrocidad de entrar en otra red social de esas que son puro vicio (ayyy, los estudios)... y para más inri, me he enterado de que Google aún puede ser más cruel contigo de lo que parece.

Pero bueno, dejémonos de preámbulos y vayamos al lío. Quería hacer una broma con Leonardo y el código Da Vinci, no me sale nada positivo...

Mourinho Out, Benítez In

Después de la marcha de grandes líderes, los grupos que éstos habían guiado suelen quedar exhaustos, confusos y desorientados. Hay infinitos ejemplos a lo largo de la historia, y por supuesto el fútbol, que no es nada más que historia humana en estado puro, no es una excepción.

Por ello, sustituir al José Mourinho ganador del triplete no iba a ser fácil. Más bien al contrario. Moratti lo sabía, y por ello apostó por un entrenador de renombre, en ese momento sin trabajo: Rafa Benítez. El técnico madrileño llegaba tras seis años agridulces en Liverpool, marcados por la construcción de un equipo tan sólido en Europa como ineficaz en casa: a la Champions de 2005 le sumó la Final de 2007 y unas semifinales en 2008, pero en Inglaterra no fue capaz de hacerse con la ansiada Premier League (título que, de hecho, todavía no aparece en las vitrinas red: el último título liguero ganado por el club de Merseyside fue en 1990, antes de la imposición del formato actual).

Benítez tenía ante sí, pues, una misión difícil y desagradecida: hacer olvidar al campeón de todo, al sucesor espiritual de Helenio Herrera, al hombre que venció todas las limitaciones psicológicas del Inter para llevarles a la gloria. Para ello, Rafa se armó de algunos fichajes nuevos y jóvenes (Biabiany, Coutinho) y reinventó a otros jugadores (Eto'o), con el objetivo de dotar al equipo de una vocación ofensiva mayor que en la época de Mourinho.

Benítez hizo, pues, una apuesta... y por lo visto a media temporada, aparentemente fracasó. Pero si no os importa demasiado, creo que seguiremos en una próxima entrada, que aquí ya no hay sitio...

Imagen 2011: paperblog.com
Foto Benítez: laStampa.it