
Hasta la fecha, el Circuit de Catalunya había sido un modelo de organización, sede año sí año también de los entrenamientos de la mayoría de escuderías de la F1, un trazado de reputación intachable y perfectas condiciones perpetuas.
Pero para entender que hayan ocurrido hechos tan deplorables, hay que remontarse cuatro años en el pasado, hasta 2004, cuando no había acontecido aún la "explosión" mediática que llevó la F1 de deporte minoritario seguido por unos pocos a competición seguida por toda la gente más guapa del país.
2004; el nacimiento de Alonso (o de la Masa I)

Los medios empezaron a hablar de la F1; los primeros "expertos" de dudosa procedencia empezaron a llenarse sus bocas de cargas aerodinámicas, juegos de neumáticos o cantidades de combustible según el número de vueltas.
2005-06; la confirmación de Alonso (o el nacimiento del monstruo)

La media elevó a Alonso a la categoría de dios. Las banderas azules proliferaron en los balcones, las gorras de Renault se hicieron numerosas, ser de Renault era moda obligada para todos los recién llegados que, como por arte de ensalmo, pasaban a interesarse por un deporte que antes no les había importado un ápice. Las masas estaban hablando; de repente, la F1 era un deporte guay, moderno y de moda, frente a la competición casi "freak" que había sido antes.
2007; la guerra Alonso-Hamilton (destrucción masiva)

La guerra fue fulgurante; continuos escándalos sacudieron la marca anglo-alemana, inmiscuyendo a la FIA y sacando a la luz sucios asuntos de espionaje industrial y oscuras maniobras por parte de los dos pilotos de McLaren. El conflicto se trasladó, previsiblemente, a la media; la prensa inglesa se alineó con Hamilton, la española y toda su charanga con Alonso. Televisiones privadas empezaron a convertirse en focos contínuos de presión mediática; teníamos Alonso hasta en la sopa, se le dio más bombo al piloto asturiano, bicampeón del mundo, que el que el gran Schumacher, siete veces mejor piloto de F1 del planeta, había tenido jamás en nuestro país.
Cientos y cientos de expertos de pacotilla llenaron las pantallas de TV; gente que no sabía lo que era un monoplaza hablaba de mecánica, de temperatura de la pista, de estrategias de equipo. La masa, manipulada a más no poder, empezó a ver en Lewis Hamilton la encarnación del diablo, y poco menos en su mentor y director de escudería Ron Dennis, ambos al parecer enemigos totales del "angelito" Alonso.

Los eternos Ferraris se llevan el título de constructores (quitado a McLaren por irregularidades) y además el de pilotos en la persona del frío finlandés Kimi Räikkönen, personaje poco dado a los aspavientos que apenas ha aparecido en la prensa los últimos meses. Jean Todt, director de la escudería del "cavallino rampante", se retira en la cumbre tras el doblete.
La prensa machaca a Hamilton, congratulándose sobremanera por su derrota... sin tener en cuenta que el presuntamente todopoderoso Alonso ha sido incapaz de luchar con los coches de Maranello por el título. Los malvados McLaren han sido derrotados... aunque se obvie que Alonso también, por los ordenados y callados a la par que históricos Ferraris.
2008; estupidez humana... y esperanza para el futuro
Y en este punto estamos; por fin ha ocurrido algo correcto, y Alonso ha vuelto a Renault (de donde no debió salir jamás), de modo que se puede augurar que el año que viene estará marcado por una competición entre tres escuderías (Renault, Ferrari, McLaren), cosa que hacía muchos años que no se veía. La competición parece más ajustada y emocionante que nunca...
... justo cuando aparecen estos imbéciles a desvirtuarlo todo. Masa manipulada en su máxima expresión.
Bravo, prensa, bravo, medios. No habéis popularizado la F1; habéis vulgarizado la F1.

1 comentario:
¡Muy buenas!
Me dirijo a ti por el artículo que has escrito acerca de la F-1. Soy Alonsista, y sigo la formula uno desde la muerte de Airton Senna, y antes no porque era muy pequeño y no recuerdo. Voy a respetar tu opinión acerca del caso Hamilton, pero recuerda que tu tienes la misma libertad para escribir en tu blog, como yo para escribir una pancarta. Ya te avanzo que yo no estaba en las gradas de Montmeló.
Debes entender, que un piloto como Fernando Alonso levante pasiones en nuestro país, y, con la ayuda de los medios de comunicación, a popularizado este "deporte".
Para que veas que es verdad que seguía la F-1, antes de acerlos en la 2, lo hacían en TV3 y me tocaba escucharlo en un lenguaje para mi de dificil comprensión.
Espero ver tu respuesta.
Saludos.
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