Ibrahimovic, el 10 que juega de 9
Iniesta, el 10 que juega de 8

Messi, el 10 que... bueno, el 10

Cuando 10+10+10 suman menos de 30
En el fútbol existen varias teorías al respecto de la gestión de la calidad. Algunos consideran que lo óptimo es tener un futbolista estrella por línea; otros, que cuanta más calidad se pueda juntar en el campo, mejor, sean los jugadores como sean. Otros consideran que el talento es algo molesto que no debería existir, pero (afortunadamente) son minoría.
En los últimos años, no obstante, hemos vivido, a pesar de los múltiples tópicos que les han rodeado, el auge y caída de varios equipos que presentaban interpretaciones muy distintas del fútbol y de la gestión de plantilla. Ello debe servir para abrir nuestras mentes al respecto; como ya se apuntó después de la Euro'08, lo cierto es que no podemos bajo ningún concepto considerar que un modelo futbolístico es superior o inferior a otro. No obstante, cabe remarcar que en todo modelo se debe mantener una coherencia; que en todo sistema es obligatorio que exista una relación directa entre la idea y lo plasmado en el campo. En el caso concreto del Barça, se ha producido una anomalía inesperada, avivada por situaciones imprevistas; el comportamiento de Ibrahimovic, Iniesta y Messi ha sufrido una inexplicable tendencia hacia la incomprensión en vez de hacia el entendimiento. Sus características, en vez de sumarse, se han solapado; donde esperábamos a un Ibrahimovic delantero, con presencia constante en el área, hemos encontrado a un Ibrahimovic "quinto centrocampista", sumado a un Iniesta en horas bajas y a un Messi que en ocasiones ha copado demasiado protagonismo en vez de mantener la disciplina posicional. Ello, sumado a factores externos a ellos tres que ahora resumiremos, ha provocado que el nivel futbolístico azulgrana de esta temporada fuese sensiblemente más pobre de lo esperado.
No obstante, no es la intención de este artículo concluir que Iniesta, Messi y Zlatan son incompatibles. Principalmente, porque seguramente eso sería faltarle a la verdad; sus perfiles son similares, pero en absoluto iguales. La solución del Barça a los tres principales problemas causados por este solapamiento (faltas de profundidad, presencia en el área y finalización) debe pasar por un trabajo colectivo y por una utilización más efectiva de las piezas disponibles; Alves debe ser más incisivo y todo lo profundo posible, Keita y Henry deben recuperar peso cuanto antes por ser los dos perfiles muy necesarios dada la situación.
De hecho, cabe incidir en estos dos últimos futbolistas. Las lesiones en el caso del primero, y la decadencia física y el entorno en el caso del segundo, han terminado apartándoles del once titular, cuando se trata de dos jugadores de calidad contrastada y sobretodo de un aporte clarísimo de soluciones al los problemas del "triple 10"; frente al "centrocampismo" de Zlatan, la capacidad para pisar área constantemente de Henry y Keita serían clave; frente a la falta de profundidad debido a la poca indicidencia de los desmarques de ruptura en el fútbol azulgrana en los últimos tiempos, la calidad en el desmarque de Thierry sería una válvula de escape maravillosa.
Así pues, y como colofón a la reflexión, cabría concluir que en ningún caso hay que considerar a Zlatan un error, ni culparle a él de los problemas del equipo. Tampoco sería justo hablar de problemas de planificación, cuando la plantilla de por sí incluye una gran variedad de futbolistas con capacidad para resolver estos mismos problemas. Sencillamente, las circunstancias no han sido las más adecuadas, ni desde dentro ni desde fuera del club (aunque lo segundo era de esperar, como siempre...). Y obviamente, se está perfectamente a tiempo de resolver estos problemas... o debería.
PS: Encuentro por la red, gracias como siempre al crack Louis, el blog de un personaje curioso y fascinante, el periodista de guerra Ramón Lobo, colaborador de El País. Un hombre que ha vivido en primera persona algunos de los mayores conflictos de los últimos tiempos es una voz bastante autorizada a la hora de hablar de prácticamente cualquier cosa; aquel que ha vivido los extremos de la existencia humana siempre es mucho más capaz de abstraerse y relativizar, de calibrar la gravedad de un problema, que aquellos que vivimos un día a día más monótono y marcado, en líneas generales, por conflictos cíclicos y previsibles.
Por eso me apena que hasta él, incluso él, tenga que terminar hablando de periodismo deportivo. En su artículo de hoy, Ramón nos da su visión sobre el tema. Y no es muy halagüeña precisamente, no.
En los últimos años, no obstante, hemos vivido, a pesar de los múltiples tópicos que les han rodeado, el auge y caída de varios equipos que presentaban interpretaciones muy distintas del fútbol y de la gestión de plantilla. Ello debe servir para abrir nuestras mentes al respecto; como ya se apuntó después de la Euro'08, lo cierto es que no podemos bajo ningún concepto considerar que un modelo futbolístico es superior o inferior a otro. No obstante, cabe remarcar que en todo modelo se debe mantener una coherencia; que en todo sistema es obligatorio que exista una relación directa entre la idea y lo plasmado en el campo. En el caso concreto del Barça, se ha producido una anomalía inesperada, avivada por situaciones imprevistas; el comportamiento de Ibrahimovic, Iniesta y Messi ha sufrido una inexplicable tendencia hacia la incomprensión en vez de hacia el entendimiento. Sus características, en vez de sumarse, se han solapado; donde esperábamos a un Ibrahimovic delantero, con presencia constante en el área, hemos encontrado a un Ibrahimovic "quinto centrocampista", sumado a un Iniesta en horas bajas y a un Messi que en ocasiones ha copado demasiado protagonismo en vez de mantener la disciplina posicional. Ello, sumado a factores externos a ellos tres que ahora resumiremos, ha provocado que el nivel futbolístico azulgrana de esta temporada fuese sensiblemente más pobre de lo esperado.
10+10+10... +2, +7, +11, +8...

De hecho, cabe incidir en estos dos últimos futbolistas. Las lesiones en el caso del primero, y la decadencia física y el entorno en el caso del segundo, han terminado apartándoles del once titular, cuando se trata de dos jugadores de calidad contrastada y sobretodo de un aporte clarísimo de soluciones al los problemas del "triple 10"; frente al "centrocampismo" de Zlatan, la capacidad para pisar área constantemente de Henry y Keita serían clave; frente a la falta de profundidad debido a la poca indicidencia de los desmarques de ruptura en el fútbol azulgrana en los últimos tiempos, la calidad en el desmarque de Thierry sería una válvula de escape maravillosa.
Así pues, y como colofón a la reflexión, cabría concluir que en ningún caso hay que considerar a Zlatan un error, ni culparle a él de los problemas del equipo. Tampoco sería justo hablar de problemas de planificación, cuando la plantilla de por sí incluye una gran variedad de futbolistas con capacidad para resolver estos mismos problemas. Sencillamente, las circunstancias no han sido las más adecuadas, ni desde dentro ni desde fuera del club (aunque lo segundo era de esperar, como siempre...). Y obviamente, se está perfectamente a tiempo de resolver estos problemas... o debería.
PS: Encuentro por la red, gracias como siempre al crack Louis, el blog de un personaje curioso y fascinante, el periodista de guerra Ramón Lobo, colaborador de El País. Un hombre que ha vivido en primera persona algunos de los mayores conflictos de los últimos tiempos es una voz bastante autorizada a la hora de hablar de prácticamente cualquier cosa; aquel que ha vivido los extremos de la existencia humana siempre es mucho más capaz de abstraerse y relativizar, de calibrar la gravedad de un problema, que aquellos que vivimos un día a día más monótono y marcado, en líneas generales, por conflictos cíclicos y previsibles.
Por eso me apena que hasta él, incluso él, tenga que terminar hablando de periodismo deportivo. En su artículo de hoy, Ramón nos da su visión sobre el tema. Y no es muy halagüeña precisamente, no.