19 ago 2007

¿Quién es más duro?: Liverpool-Chelsea

Intenso.

Así definiría yo el encuentro que hemos podido ver esta tarde, desde el mítico Anfield, entre el remodelado Liverpool de Rafa Benítez y el Chelsea de José Mourinho. Un partido que se sabe de antemano marcado por una enorme rivalidad en el banquillo entre dos entrenadores de primerísimo nivel que, sin practicar un fútbol de espectáculo, encandilan al público por la intensidad de su juego y sobretodo a su afición a base de buenos resultados.

Vayamos por partes. Creo que es de destacar la diferencia de planteo entre los dos equipos; miremos alineaciones.

Liverpool FC: Reina; Finnan, Carragher, Agger, Arbeloa; Riise, Gerrard, Alonso, Pennant; Torres, Kuijt. También han jugado Babel y Crouch.

Un equipo con un centro del campo principalmente ofensivo, con mucho trabajo de por medio en la persona de Steven Gerrard, que hoy, por cierto y a pesar de la amarilla, ha tenido una contribución impagable al funcionamiento del equipo red. Las bandas las abrían Pennant y Riise, desdoblándose de vez en cuando Finnan y sobretodo Arbeloa.

Destacable obviamente la actuación de Torres (aún le queda un tramo para entender totalmente la filosofía inglesa, pero el madrileño tiene madera), con un golazo, el inmenso trabajo del equipo en la presión muy arriba, y su orden al replegarse, juntan mucho y muy velozmente las líneas y se lo han puesto imposible prácticamente al Chelsea en el juego raso.

Merecían más porque, a pesar de tener sólo el 43% de la posesión, han desplegado su fútbol y han sido mejores que los blues.

Vamos al otro lado;

Chelsea FC: Cech; Essien, Ben Haim, Terry, A. Cole;
Wright-Phillips, Obi Mikel, Lampard, Malouda; Kalou, Drogba. También han jugado Pizarro, Joe Cole y Alex.

Con Essien de lateral, se supone que a la espera de Dani Alves, Mourinho ha planteado un partido muy a su estilo, con Drogba en la punta esperando los balonazos y un gran desgaste en el centro del campo. Aún más así ha salido, si cabe, dado que el Liverpool no se ha mostrado nada abierto a cooperar y ha impedido que los blues jugaran por raso, forzándoles a abusar del clásico pelotazo. Eso precisamente ha sido lo que ha inclinado a Mou a sacar a Pizarro, perdiendo la mayor movilidad de un Kalou desaparecido, hacia la segunda mitad, buscando aprovechar más incluso el juego aéreo.

No ha sido un buen partido del Chelsea, que se ha mostrado muy apático; la actuación de Obi Mikel ha sido la cara de este encuentro para los aficionados londinenses, que ven como este joven talento despliega cada vez mejor no sólo su físico, sino una calidad para muchos inesperada. La cruz posiblemente ha sido la desaparición en combate de Lampard desde hace varios partidos; el inglés ha marcado el gol del empate de penalty, pero ha intervenido poco en el juego y tampoco ha destacado en la faceta recuperadora.

La actitud es lo que posiblemente debe estar preocupando a Mourinho después de los dos últimos encuentros del Chelsea; en Reading, el equipo local avasalló a los blues en la primera mitad, y en Liverpool los azules han sido incapaces de realizar su juego y sólo han empatado por un error absurdo de Rob Styles.

En síntesis, el partido se le ha puesto de cara rápidamente al Liverpool, que mediante una acción empezada por un pase de Gerrard y finalizada por un magnífico chut cruzado tras desborde al más puro estilo Henry de "The Kid" Torres, se ha adelantado en el minuto 17. De aquí en adelante, buen fútbol por parte de los reds y pocas noticias del Chelsea, que sólo ha creado peligro a balón parado, especialmente en una acción en la que Terry ha estado a un palmo de marcar.
La segunda mitad ha empezado de forma similar a como había terminado la primera; poco fútbol del conjunto de Mou y buen criterio por parte del de Benítez... hasta que Rob Styles ha señalado un totalmente inexistente penalty de Finnan a Malouda (el atacante literamente se ha tirado encima del defensor sin siquiera tener el balón... y el árbitro ha decretado algo que jamás podía ser), y Lampard ha convertido la pena máxima. El partido no ha cambiado demasiado a pesar de la igualada; el Chelsea sólo intentaba colgar balonazos a Drogba y Pizarro, que había salido por un desaparecido Kalou, y como mucho salir al contragolpe, mientras el Liverpool aprovechaba mejor sus aproximaciones con disparos des de fuera del área protagonizados por Riise y Gerrard y remates de cabeza des del interior (a destacar un excelente testarazo de Kuijt que desgraciadamente se fue alto).
En los minutos finales, intentonas del Liverpool y considerable pasividad del Chelsea, que ha dado por bueno un empate bastante injusto si nos referimos al juego desplegado por cada conjunto.

Como mayor seguidor del Liverpool que del Chelsea que soy, no puedo estar contento con el árbitro, ni tampoco con las circunstancias, que no han permitido al conjunto de Benítez acercarse a la cabeza, marcada por el sorprendente ManCity de Goran Eriksson, vencedor en su duelo frente al hasta ahora decepcionante United de Ferguson y único equipo que cuenta sus partidos por victorias, hasta ahora, de toda la Premier League.


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