¿Y qué ocurre allí? Hagamos un pequeño repasito al partido de ayer...
Barça 3 - Recreativo 0; sin prisas, por favor
Zaga y portería
Víctor Valdés es un portero con carácter; sin ello, nunca habría sido lo que es hoy, el guardameta de uno de los equipos donde es más difícil ser cancerbero de Europa. Será protagonista más adelante en esta misma entrada, pero no lo fue ayer, donde apenas tuvo trabajo alguno. El engranaje defensivo del Barça funcionó bastante bien, teniendo tan sólo algunos despistes en balones muy verticales a Sinama-Pongolle y el lastre de salir siempre algo desentonados en los primeros minutos de cada mitad. De todos modos, entre los nombres sobresale un hombre; Gabriel Milito, un zaguero que no sólo marcó un gol ayer (cosa que la prensa ya se ha encargado de maximizar cuando en realidad fue sólo la coronación de una actuación majestuosa por su parte), sino que además estuvo perfecto al corte, contundente, listo al sacar el balón y siempre concentrado ahí atrás.
Hay que hablar también de dos otros hombres que trabajaron muchísimo, uno con más éxito, Abidal (estamos hablando de uno de los laterales con más recorrido del panorama mundial, una auténtica máquina física que, además, sabe perfectamente lo que es defender y lo hace prácticamente tan bien como los centrales azulgrana titulares ayer), y otro con menos, Zambrotta (no paró de subir y bajar, lo cual siempre es digno de mención, pero ser lateral por el lado de Messi es una labor bastante desagradecida, y aún no está del todo cómodo en el aspecto defensivo). Pero desde luego, no podemos olvidar, aparte del capitán Puyol (que ayer cuajó un partido regular, pero que tampoco tuvo problemas graves aparte de la lesión), al mexicano Rafael Márquez, que merece un capítulo aparte y que, como Valdés, será protagonista más abajo. Finalmente, la aportación de Oleguer hacia el final fue meramente testimonial, por lo que no requiere una mención especial.

Centro del campo
Aunque probablemente se tache esto de pecado, y no sin razón, he separado la labor de Touré Yayá de la de los zagueros; lo cierto es que el marfileño es la pieza clave que lo une todo y que permite la solidez defensiva que a la vez posibilita el fútbol ofensivo. El grandísimo mediocentro africano estuvo, como siempre, barriendo el campo, y detuvo la gran mayoría de acciones de peligro del Recre; en las pocas ocasiones en las que él falla, se resiente todo el equipo, y es cuando el rival crea más peligro; en el caso de ayer, esto es verdad especialmente en unas cuantas contras recreativistas que cogieron al africano ligeramente descolocado (el posicionamiento es una virtud que Touré aún debe pulir un poco para ser una referencia mundial).
Una vez visto esto, hay que pasar a un punto más espinoso; la creación. Ya hablamos hace unos días de lo que pasaba cuando entraban Xavi e Iniesta en el once para jugar de medios; ayer Rijkaard intentó algo por fin, y dio entrada a Gudjohnsen en el puesto de interior. Eidur no estuvo brillante, pero ayudó mucho al equipo, trabajó y se ofreció; quizás lo que le falta es saber que debe retrasar más su posición cuando el balón está en la línea de medios, para apoyar a los centrocampistas de creación, puesto que luego ya tendrá tiempo de iniciar un desmarque o buscar otra opción.

Delantera
Leo Messi es, a día de hoy, uno de los talentos más fulgurantes del fútbol mundial, y el máximo goleador de la Primera División. Sin embargo, le quedan defectos por pulir; y algunos de éstos le están pasando factura a la labor de equipo en ataque según en qué momentos del partido, como pudimos ver ayer. De nada sirve que tengas dos laterales que suben y bajan constantemente, que no paran de desdoblarse, si nunca, nunca, reciben la pelota para intentar el centro. Eso debía estar pensando ayer Zambrotta cuando doblaba a Messi y veía que, indefectiblemente, el argentino se iba para adentro y le ignoraba una y otra vez. Es cierto que la delantera azulgrana no se caracteriza por tener rematadores a la vieja usanza, y que la segunda línea no es precisamente un dechado de virtudes al remate; pero en un día en el que sobre el terreno de juego estaban Henry y Gudjohnsen, un par de centros al área efectuados por el lateral tras una pared con el extremo no hubieran estado de más. Sólo hubo una ocasión clara derivada de ello; y el centrador no era otro que Oleguer, un hombre que evidentemente no tiene su punto fuerte en el aspecto ofensivo.

Una vez visto, muy por encima, lo que pasó ayer sobre el césped del Camp Nou, hay que revisar lo acontecido en otros campos. No es tan bueno, ni funciona tan bien; y eso que el de ayer tampoco fue un partido para enmarcar. Hay problemas, problemas importantes, pero quizás no se derivan, como dice la gente, del hecho de que los futbolistas "corran" o "no corran", sino más bien de cómo se colocan sobre el terreno de juego y, sobretodo, de cuándo corren y para hacer qué. Correr arriba y abajo como pollos sin cabeza es malgastar, de una forma muy estúpida además, unas energías que ya de por sí no son muy abundantes en este equipo. Ahora, pues, vayamos a la segunda parte de la entrada de hoy:
Los Dos Efectos
En Enero del 2004, el Barça tenía un problema grave. Los resultados no llegaban, el proyecto de Rijkaard parecía haber fracasado en menos de un año, y el club, a pesar de tener valores importantes como Ronaldinho y Puyol, no parecía poder remontar el vuelo.

Tres años después, a principios del 2007, en Madrid tenían un problema similar; a siete puntos del Barça, con un equipo que parecía incapaz de sacar resultados adelante, y sin más baluarte sobre el que respaldarse que Fabio Capello y su resultadismo, el equipo necesitaba un volantazo. Y lo dio: se cargó al penúltimo brasileño galáctico, a la máxima representación de los males de ese galacticismo. Aunque fuera vendiéndolo por sólo ocho millones al Milan; aunque fuera desperdiciando su inmenso talento en pos del resultado.
Sí; vendió a Ronaldo Luiz Nazário da Lima.

Ambas operaciones, una de entrada y una de salida, marcaron claramente un antes y un después en la trayectoria de ambos equipos; el Barça escaló de la undécima a la segunda plaza e incluso tuvo opciones de ganar la Liga, mientras el Madrid logró empatar a puntos con los azulgrana y alzarse con el título liguero por average.
Estas dos soluciones de emergencia son meros parches, y desde luego no son cuestiones que deban figurar en proyectos serios a largo plazo; pero muchas veces los proyectos no son como se podía esperar, y es entonces cuando un pequeño apoyo va bien, cuando un ligero cambio puede desencadenar una reacción positiva en cadena. En ambos casos ocurrió esto.
Es lo que podríamos denominar, por un lado, "Efecto Davids", y por el otro, "Efecto Ronaldo". Podría ser que el Barça de la 2007/08 necesite de ambos... quizás podríamos pasar a denominarles "Efecto Tiago"... o tal vez "Efecto Ronaldinho".